Defixiones: Will and Testament, Orders from the Dead
Por: Alfonso Khurcius y Khurcius
Si los autoproclamados "góticos" estuvieran mejor informados, fuesen más radicales o tuvieran coraje para ir a la esencia en lugar de perderse por las ramas de la estética, ella, Diamanda Galás, sería su reina indiscutida.
Pero como los "góticos" parecen más centrados en asuntos de maquillaje, guardarropía y estilismos varios, Diamanda (da vergüenza escribirlo después de una carrera ya tan extensa) sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la música actual. Si a un "gótico", incluso a efectos de mera apariencia física, le resulta más inspirador el personaje de Robert Smith que esta genuina dama de las tinieblas, apaga y vámonos. Pero, en fin, ya que ni los periodistas-gurú del pop ni los templos de la lírica convencional abren las puertas de su entendimiento a esta soprano inabarcable, rindámonos algunos al poder terrible de uno de sus dos trabajos dobles de 2004.
"Defixiones. Will and Testament" es una obra conceptual sobre el horror del genocidio armenio llevado a cabo por el estado turco en el primer cuarto del pasado siglo XX. Diamanda consigue acongojarnos en varias lenguas vivas y muertas, incluyendo el devastador español con que asume la "Epístola a los transeúntes" del peruano César Vallejo.
El primer cedé, en estudio y sin concesiones, nos introduce de lleno en una atmósfera de pura ignominia. Es un grito de espanto, un "guernica" sonoro, un sostenido alarde de potencia narrativa, de recursos vocales, de verdad y de compromiso artístico y moral: si te van en exclusiva los productos "light", este no es tu plato, amigo. En la segunda parte, la Galás demuestra que su capacidad de fascinación en el directo es aún mayor.
Diamanda Galás posee los recursos de la ópera convencional, pero también las claves estéticas del expresionismo alemán, la facultad transgresora del verdadero cabaret, el secreto de utilizar su piano alternativamente como una caricia o como una metralleta, la terquedad de seguir, insobornable, transitando por un camino que casi nadie comprende ni aplaude.
La grecoamericana, con una imagen que dejaría, por comparación, a Marilyn Manson o Rob Zombie reducidos a criaturas Disney, esculpe en este disco de magnífica presentación un devastador artefacto que le planta cara a los asesinos de ayer, hoy y mañana con determinación de recordarles que sus crímenes no serán olvidados, aunque queden impunes. "Defixiones. Will and Testament" bien pudiera ser la banda sonora más adecuada para todos los Beslan, Atocha y Darfur que nos aguardan. Posiblemente el disco más conmovedor de los últimos años.
La historia:
"Perdimos, no pudimos hacer la revolución. Pero tuvimos, tenemos, tendremos razón de intentarlo. Y ganaremos cada vez que un joven sepa que no todo se compra, ni se vende y sienta ganas de querer cambiar el mundo".
24 de abril de 1915.
Primer genocidio del siglo XX
Se estima que un millón y medio de armenios fueron deportados y masacrados por el gobierno turco.
Este no es el comienzo ni el fin de esta horrenda historia
Las masacres habían comenzado mucho tiempo antes
El no reconocimiento, la negación por parte del gobierno turco aún continúa, luego de casi 90 años…
La humanidad entera se estremece ante tanto relato desgarrador…
No puede haber armenio en la tierra que no se estremezca por lo acontecido a sus antepasados, la lucha debe continuar, y requiere de todos, más allá de respetar las banderas políticas de cada uno, más allá de los conflictos internos, más allá de cada fecha, de cada discusión ideológica o filosófica. Esta fecha es la fecha mas importante para los armenios, el 24 de abril marca el intento de aniquilación de toda una nación… pero esta nación no quiso morir, y no murió.
Quisiera ver algún poder en el mundo destruir esta raza;
Esta pequeña tribu de gente sin importancia cuya historia ha terminado.
Cuyas batallas han sido combatidas y perdidas
Cuyas estructuras han destruido,
Cuya literatura no es leída,
Cuya música no es escuchada,
Cuyas plegarias no se pronuncian más.
Adelante, destruyan esta raza,
Déjennos decir que otra vez es 1915,
Hay guerra en el mundo.
Destruyan Armenia,
Vean si lo pueden hacer.
Láncenlos de sus hogares hacia el desierto,
Déjenlos sin pan ni agua.
Quemen sus casas y sus templos.
Vean si no viven de nuevo
Vean si no ríen de nuevo
Vean si los detienen de mofarse de las ideas del mundo.
Adelante, traten de destruirlos...
William Saroyan
“A la prefectura de Alepo:
Fue primeramente comunicado a Uds. Que el gobierno, por orden del Yemiet * ha decidido destruir completamente a todos los armenios que viven en Turquía. Aquellos que se opongan a acatar estas órdenes no podrán permanecer en las filas de oficiales del Imperio.
Debe ponerse fin a su existencia, cualesquiera sean los métodos sangrientos a tomar, sin reparar en sexos o escrúpulos de conciencia”.
15 de septiembre de 1915 Ministro del Interior
Talaat
(Armin Wegner, der prozess Talaat Pasha, p. 133; 1921 Berlín)
* Yemiet es el Consejo Supremos de los “Jóvenes Turcos”
“A la prefectura de Alepo:
Todos los derechos de los armenios de vivir y trabajar en suelo turco han sido completamente cancelados. Con respecto a esto, el gobierno toma toda su responsabilidad y ordena no hacer excepciones de ninguna especie, incluyendo criaturas recién nacidas”.
9 de septiembre de 1915 Ministro del Interior
Talaat
(Armin Wegner, der prozess Talaat Pasha, p. 133; 1921 Berlín)
“El propósito del exilio es el aniquilamiento de los armenios”
Enero de 1919, Berlín Ministro del Interior
Talaat
“En el alma del armenio y en su memoria
Esta herida está transformada en fortaleza inexpugnable.
Ningún otro número, ninguna herida o discusión
Podrá borrar el número 1915…
Maldición, mil maldiciones al salvaje verdugo
Maldición a su nombre, maldición a sus restos”
Marc Rycov, “Poetas rusos sobre Armenia”, Yerevan 1979, pag. 190
Resulta difícil establecer un inicio de las masacres contra los armenios, una fecha de comienzo del genocidio, pero podemos tomar un momento histórico para el mismo, que lo podemos situar en las masacres armenias de Cilicia, centralizadas en la ciudad de Adaná. Según el testimonio del inglés E.F: Benson, esas masacres tenían un carácter “experimental” (del mismo autor, “Crescent and Iron Cross”, pag. 38) dentro de la política seguida por los turcos. Tras una intensa propaganda y provocación por parte de personeros del gobierno y sacerdotes musulmanes (mullahs), el 31 de marzo de 1909 comenzó la mencionada masacre, los saqueos de los negocios, el secuestro y la violación de las mujeres armenias. Contra una plebe turca de 30000 personas, apenas 173 jóvenes armenios tenían la capacidad y las armas para la autodefensa. Se incendian los barrios armenios, la masacre duró tres días y luego ocurrió el armisticio. En ese tiempo, el gobierno exige que los armenios entreguen sus armas, pero los jóvenes se niegan. Viene el cónsul inglés de Adaná y dice: “En nombre de mi gobierno les aseguro que nada mas va a pasar. Entreguen sus armas.”
Sobre esto, el Patriarcado Armenio de Constantinopla, sin tener conocimiento de los hechos, telegrafía que se debe obedecer al gobierno. Al fin, los armenios se convencen y entregan sus armas. Luego de unos días, el 12 de abril, los turcos, súbitamente, atacan a los armenios inermes e indefensos y comienzan una nueva masacre, más terrible que la primera. Miles de armenios y asirios fueron degollados, muchos quemados vivos. Los pueblos se amparan en las iglesias. Los turcos derraman petróleo alrededor de las iglesias e incendian los barrios armenios. Todas las casas comienzan a arder; sólo los refugiados en las iglesias de piedra permanecen vivos. Luego del fuego los turcos comienzan a romper las puertas con hachas. En ese momento, el hermano Antoine Bioscoeur de la Iglesia Jesuita Francesa de Adaná, donde se habían refugiado muchos armenios, exige del gobierno que permitiera al menos trasladar a los cristianos refugiados en las iglesias y poner fin a las matanzas. El gobierno, para prevenirse de la intervención extranjera, ordena parar la matanza, pero ya gran parte de los armenios había sido masacrada.
Además de Adaná ocurrieron masacres, saqueos y destrucciones en Tarso, Koz-Oluq, Abd-Oglú, Misis (Mamestia), Hamidié, Osmanié, Hasan-Beylí, Bajtché, Sai-Guechid, Antioquia, Kessab y Kirik-Kan. Pero los armenios de Sheik-Murad, de Deort-Yol, de Sis, de Hadjin y Kars-Pazar recurren a la autodefensa, y en heroicas luchas se libran de la aniquilación. En Adaná y sus alrededores el número de armenios muertos pasa de 30000. El único responsable de este último crimen horrendo fue el partido Unión y Progreso de los “Jóvenes Turcos”, quienes, en su sesión secreta en Salónica, habían decidido el exterminio de los armenios de Cilicia. Desgraciadamente, hubo armenios que no se dieron cuenta de esta política tan perjudicial para ellos.
El 28 de julio de 1914 empezó la Primera Guerra Mundial. Turquía entró en guerra como aliado de Alemania, y los armenios que vivían en el Imperio Otomano decidieron permanecer fieles al Estado y no provocar, por ningún motivo, el odio de los turcos. Pero los “Jóvenes Turcos” como vimos durante la masacre de Adaná, ya habían programado el exterminio total de los armenios y esperaban el momento oportuno que ya se les presentó. Los motivos del genocidio fueron:
a) El fanatismo y chauvinismo nacional surgido a causa del partido Unión y Progreso de las “Jóvenes Turcos”.
b) Los planes de pan-islamismo y pan-turquismo fomentados por dicho partido, quienes preveían un imperio islámico extenso, con preponderancia de la raza turca. Para llegar a ese propósito debían pasar sobre Armenia, por lo tanto debía desaparecer Armenia y exterminar a su pueblo.
c) Después del Tratado de Berlín, los Estados europeos tomaban siempre La Cuestión Armenia como pretexto para intervenir en los asuntos internos del Imperio Otomano o para amenazar al Sultán. Por este motivo, los turcos chauvinistas quisieron liberarse definitivamente de la Causa Armenia, masacrándolos.
d) Los intereses económicos de los europeos y comerciantes en el Imperio Otomano, que consideraban a los armenios como rivales importantes en el aspecto comercial. Por dicha causa los estados europeos, como ser, Alemania Imperial e Inglaterra, favorecieron los crímenes del gobierno turco.
Los europeos no eran sinceros en la ayuda a los armenios, y justamente, por este motivo es que el científico y humanista noruego Fridtjof Cansen escribía: “¡Ay del pueblo armenio, que fue involucrado en la diplomacia europea. Sería mejor para él si su nombre nunca se mencionara en labios de los diplomáticos europeos” (Betrogenes Volk, Leipzig, 1928, pág. 334)
El genocidio se ejecutó en 1915. Se masacraba, se arruinaban sus iglesias y monasterios, se incendiaban sus tesoros culturales, se despedazaban niños tal como muestran tantas imágenes.
En muchas regiones como Van, Shabin Karahissar, en los montes de Amanos, en los pueblos de Mussa-Dagh, Urfa (Edessa), Mush y en Xaxún, los armenios, con gran heroísmo, se resistieron al monstruoso enemigo, dando muestras de que el armenio siempre está pronto para dar incluso la última gota de sangre por la defensa de su libertad, de su honor, de su patria y religión. Este pueblo, abandonado por todos y sujeto a todo tipo de crímenes, fue echado de su patria. Toda la Armenia Occidental fue ocupada por los turcos; pero los sobrevivientes se dispersaron por todo el mundo y trataron de obtener una venganza moral de los turcos, guardando su armenidad y cristianismo.
Con respecto a los armenios de Constantinopla, los turcos, teniendo cuidado por la presencia de embajadores extranjeros, el 24 de abril de 1915, arrestaron a los intelectuales armenios y a los jefes espirituales y laicos y los enviaron al interior de Anatolia para masacrarlos. Sabían bien que una colectividad sin intelectuales y dirigentes no tendría valor.
Junto a los conductores espirituales y políticos armenios, fueron martirizados más de dos mil religiosos.
Los turcos quisieron también eliminar a los armenios que vivían en Armenia Oriental, aprovechando las luchas revolucionarias que ocurrían en Rusia, en los años 1917-1920, por cuyo motivo éstos no iban a poder ayudar a los armenios. En esta oportunidad, en el mes de mayo de 1918, los armenios enfrentaron una lucha de vida o muerte contra los turcos; y en la batalla de Sardarabad, los armenios salieron victoriosos y se salvaron del exterminio total, luego de lo cual, el 28 de mayo de 1918 se fundó la República de Armenia.
En 1920, los turcos se lanzaron nuevamente al ataque, al mismo tiempo que los azerbaidjanos. La fuerza de los armenios no era suficiente para luchar en varios frentes de batalla. Estas luchas, muchas veces, eran fomentadas por los imperialistas europeos. Quedaba un solo camino para los armenios, dirigirse a Rusia, que en ese tiempo se había transformado en un estado socialista. El 29 de noviembre de 1920 es aceptado como el día de la sovietización de Armenia, luego de lo cual, mas allá de consideraciones políticas los turcos no se atrevieron a atacar a los armenios.
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